Herramientas para dejar de fumar

 El próximo martes 12 de julio, a las 19:00 hs., se desarrollará la jornada de Cesación tabáquica: Herramientas para dejar de fumar, organizado por la carrera de Medicina, en el Aula Magna de la Universidad Abierta Interamericana (Av. Pellegrini 1618).

El Dr. Lucas Raspall (Médico Psiquiatra), explica que la jornada buscará concientizar sobre la prevalencia del tabaquismo entre pacientes, el impacto que genera la cesación tabáquica y el abordaje mediante las indicaciones farmacológicas y la aplicación de herramientas psicoterapéuticas. 

 

-¿Por qué la gente comienza a fumar?

- Como todo proceso adictivo, será el resultante de la interacción de tres factores: biológico, psicológico y social. Poniendo el foco en este último punto, sabemos que el tabaco se nos da a conocer a todos muy pronto, directa o indirectamente, a una edad que ronda la adolescencia. En nuestro entorno encontramos al cigarrillo en todas partes y asociado a las más diversas actividades humanas. La publicidad nos lo muestra como un medio excelente para alcanzar el placer, la felicidad, la libertad y el éxito. Y en nuestra sociedad, fundamentalmente en los años de adolescencia y juventud, se utiliza como un medio para relacionarse con los demás y como una herramienta ideal para desarrollar muchas actividades cotidianas. Lo que no se señala oportunamente es el daño que el cigarrillo genera o, eventualmente, sí lo muestra, pero bajo la trampa de que aquel que comienza a fumar, no lo toma en consideración real, quizás porque es muy joven o porque los síntomas demoran en aparecer (a pesar de que el daño es inmediato).

 

- ¿Cuáles son las consecuencias del hábito de fumar?

- Las consecuencias son alarmantemente perniciosas. Según un cuadro publicado por el Ministerio de Salud de la Nación Argentina cada año mueren 5 millones de personas en el mundo a causa del tabaquismo, se espera que en el año 2030 sean 10 millones de muertes de las cuales el 70% ocurrirán en países pobres, la mitad de la gente que fuma va a morir de una enfermedad relacionada al consumo de tabaco, los fumadores viven en promedio 10 años menos que los no fumadores y esta reducción es mayor en función de la cantidad fumada. En la Argentina, mueren más de 40 mil personas por enfermedades relacionadas con el tabaco, representando el 16 % del total de las muertes de personas mayores de 35 años, y entre el 5 y el 10% de los cánceres de pulmón se dan en no fumadores. 

Es así fácil advertir cuáles serán los beneficios de dejar de fumar, sumando otras mejoras sustanciales que rápidamente tomarán lugar: mejoran las condiciones de la piel, el olfato, el gusto, cambia la forma de sentirse, la vitalidad, y se incrementa la autoestima, entre otras.

 

- ¿Por qué resulta tan difícil abandonar el cigarrillo?

- El cigarrillo genera adicción, una severa dependencia. La dependencia de sustancias es definida por la American Psychriatric Association como un patrón desadaptativo de consumo de la sustancia que conlleva a un deterioro o malestar clínicamente significativos. Consiste en un grupo de síntomas cognoscitivos, comportamentales y fisiológicos que afectan a la persona y la empujan a continuar consumiendo a pesar del surgimiento de problemas relevantes relacionados con ella. Son tres los criterios diagnósticos específicos que definen la dependencia: la tolerancia, la abstinencia y el uso compulsivo. La tolerancia alude a la necesidad de recurrir a cantidades crecientes de la sustancia para alcanzar el efecto deseado o una marcada reducción de éstos con el uso continuado de la misma dosis. Emparentado a esta necesidad fisiológica, aparece el anhelo o urgencia psicológica irresistible de volver a consumir la sustancia (craving). La abstinencia tiene lugar cuando la concentración de la sustancia en sangre y/o tejidos disminuye en forma significativa tras un consumo prolongado. Los concomitantes fenómenos cognoscitivos y fisiológicos seducen al individuo a volver a consumir para eliminar o aliviar dichos síntomas. Por último, el patrón de uso compulsivo de una sustancia hace referencia a cantidades mayores o períodos de consumo más prolongados a lo inicialmente pretendido o planeado, con posteriores intentos infructuosos por regular o abandonar el consumo de la sustancia.

Puede advertirse una dependencia psicológica: es el hábito que se asocia con rutinas como tomar café, beber alcohol, sobremesa, conducir, leer o relajarse. El cigarrillo actúa así de amigo incondicional; es parte de la per­sonalidad del fumador que es posible modificar. También se observa una dependencia social, basada en la aceptación del tabaquismo y en las presiones ambientales que incitan al consumo de tabaco. Asimismo se destaca una reconocida dependencia física: la causa principal es la nicotina, el principal alca­loide que se encuentra en el tabaco. Es altamente adictiva, como la heroína y la cocaína.

 

- ¿Qué herramientas tiene el médico para tratar a los pacientes con esta adicción?

- El médico cuenta con distintas herramientas para tratar al paciente con adicción al tabaco. Primero, es relevante considerar el poder de la alianza terapéutica: la empatía es el corazón del vínculo terapéutico y, a la vez, una de las principales claves del proceso de cambio. La confianza que surge de esta interacción en la que queda legitimada la experiencia del otro, incrementa luego la implicación y adherencia al tratamiento, aumentando considerablemente el potencial de cambio. Por otro lado, una formación adecuada en intervenciones psicoterapéuticas suele ser precisa para acompañar el proceso. También existen dispositivos específicos con terapias grupales, líneas telefónicas de asistencia de urgencia, etcétera. Y por último, pero no por esto menos importante, la medicación puede posibilitar o facilitar algunos tratamientos. En muchos casos, actuar con medicamentos sobre los mecanismos del cerebro que sostienen la adicción la permite al paciente tolerar mejor la abstinencia psicológica y física. Muchas veces es el malestar que produce la abstinencia es lo que los lleva a fumar nuevamente. Farmacológicamente, se dispone para el tratamiento de cesación tabáquica de parches, chicles o caramelos de nicotina, agentes que actúan sobre el circuito de recompensa como el bupropión, ansiolíticos como las benzodiacepinas, la vareniclina, agonista parcial del receptor nicotínico de la acetilcolina, que actúa por la activación selectiva de los receptores a4b2, generando un aumento de dopamina, que a su vez produce una disminución del deseo imperioso de fumar y del síndrome de abstinencia; y por otro lado, actúa bloqueando los receptores y disminuyendo así el efecto de la recompensa (o alivio) que se experimenta fumar, durante la abstinencia.