Vocación por la Justicia

El Dr. José Guillermo Toledo es profesor de Derecho Procesal Civil de la carrera de Abogacía en la Sede Regional Rosario y abogado especialista en Magistratura. Su vasta trayectoria profesional, y la ardua y difícil tarea de trabajar con mucha vocación por la justicia, lo han puesto frente a un nuevo reto. De acuerdo a la Acordada Nº 310/2014, referida a la elección de autoridades de la Cámara Federal de Apelación de Rosario, ha sido designado como Presidente de este tribunal para el corriente año 2015.

A los 20 años de edad dio los primeros pasos en la carrera judicial, primero como auxiliar en el Juzgado Federal Nº 1 de Rosario, luego en el Juzgado Federal Nº 2, y en la Cámara Federal de Rosario, en la oficina de Jurisprudencia. Posteriormente, y previo concurso de antecedentes y oposición, fue designado Secretario Civil del Juzgado Federal de la ciudad de San Nicolás, siendo  trasladado sucesivamente a los Juzgados Federales Nº 3 y Nº 4, de Rosario, con competencia Penal.  En el año 2004 llegó la designación como Juez de la Cámara Federal de Apelaciones, habiendo sido uno de los primeros jueces federales nombrados, conforme las nuevas disposiciones de la Constitución Nacional reformada en 1994.

 

- Dr. Toledo, ¿cuáles son las funciones que le competen en el nuevo cargo?

- La Cámara Federal de Rosario tiene competencia territorial en casi toda la provincia de Santa Fe y siete partidos de la provincia de Buenos Aires. Es tribunal de alzada de nueve juzgados federales (cuatro de Rosario, dos de la ciudad de Santa Fe, uno de la ciudad de Rafaela y dos de la ciudad de San Nicolás) y está prevista la próxima incorporación del Juzgado Federal de la ciudad de Venado Tuerto.  Tiene competencia material amplia, entiende en diversas materias: Civil, Comercial, Laboral, Contencioso Administrativo, Tributario, Previsional, Penal, Amparos, Habeas Corpus; también en recursos directos contra decisiones de distintos órganos administrativos nacionales, como, por ejemplo, las universidades nacionales de Rosario y del Litoral. También tiene funciones de Superintendencia de toda la jurisdicción en todo lo relativo a los magistrados, funcionarios, y personal -subrogancias, licencias, ingresos, promociones-; así como a la matrícula federal de abogados, intendencia de edificios, jurisprudencia, archivo, habilitación, laboratorio, gabinete de asistencia psicofísico y social, etc.

En cuanto a las funciones del Presidente de la Cámara, éstas consisten en la dirección de todas las cuestiones de Superintendencia referidas, así como presidir los acuerdos de Cámara, y a la representación de la Cámara en su actuación ante los distintos órganos públicos y privados, y en los actos oficiales. El Presidente integra también la Junta Electoral en las elecciones nacionales, conjuntamente con el Presidente de la Corte Suprema de la Justicia de la Provincia de Santa Fe y el Juez Federal Nº 1 de la ciudad de Santa Fe, con competencia electoral.

 

- ¿Cuáles son sus aspiraciones como profesional del derecho?

- En cuanto a mis objetivos como profesional del derecho, éstos han sido siempre, desde muy joven, trabajar con mucha vocación por la Justicia. A esta altura de mi vida puedo decir que, si bien ella es una ardua y difícil tarea, e imperfecta como cualquier obra humana, vale la pena trabajar para que, al menos en algo, podamos colaborar para reducir las injusticias existentes en el seno de la sociedad.

 

- ¿Cuál ha sido su recorrido en el ámbito de la docencia?

-  Comencé a ejercer, primero brevemente en un colegio secundario. Luego, empecé la docencia universitaria en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, en la cátedra de Derecho Civil III (Contratos). En 1997 fui invitado a integrar la cátedra de Derecho Procesal Civil en la Carrera de Abogacía de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Abierta Interamericana de Rosario, institución que recién comenzaba sus actividades en esta ciudad. Fui así uno de sus primeros profesores.

 

-  ¿Cómo evaluaría su experiencia en la UAI?

- Ha sido fructífera. Acepté la invitación a formar parte de su cuadro docente, porque avizoraba algo nuevo para la ciudad de Rosario, con una impronta novedosa y donde todo estaba por hacerse. Me gustó el desafío. Creía que podía aportar algo al proyecto y creo que de alguna manera lo he hecho. Hoy podemos ver con satisfacción que ya son varias las camadas de egresados de abogados de la Facultad, de los que se advierte una buena y sólida formación universitaria.

 

-¿Qué virtudes puede destacar en la formación de los futuros profesionales en esta Casa?

- El abogado debe poseer una sólida formación no sólo en Derecho, sino en otras disciplinas (economía, sociología, filosofía, psicología, etc.). Eso ha sido lo tradicional, hoy deben sumarse otros conocimientos como ser informática e idiomas por ejemplo. Pero fundamentalmente debemos formar profesionales que sepan pensar, y con una fuerte vocación por su profesión, que la quieran y la dignifiquen, y que sean sensibles a los distintos problemas del ser humano.