“La UAI fue un buen lugar para transitar mi formación”

Diana Budnik es licenciada en psicología por la Universidad Abierta Interamericana. Eligió la UAI por “la cercanía a mi casa, ya que soy mamá y debía organizar los horarios de manera tal de adaptarme a las actividades de mis hijos”. Nos comunicamos con ella para que nos cuente un poco sobre su recorrido en nuestra institución.

¿Por qué elegiste la UAI para estudiar? ¿Y por qué psicología?

Elegí la UAI en un primer momento por la cercanía a mi casa, ya que soy mamá y debía organizar los horarios de manera tal de adaptarme a las actividades de mis hijos. Sin perjuicio de esto, en la reunión informativa me comentaron sobre el enfoque de la universidad y los principios a los que adhería por pertenecer al sistema educativo VANEDUC, lo que concluyó por convencerme de que la UAI era un buen lugar para transitar mi formación. En cuanto a por qué elegí Psicología, siempre me interesó comprender por qué las personas nos comportamos de manera tan distinta frente a situaciones similares, que nos determina, entender la comunión entre lo biológico y el entorno como factores determinantes de cómo funcionamos en nuestra vida.

¿Cómo es ser mamá y estudiar? ¿Qué sacrificios tuviste que hacer?

Ser mamá y estudiar fue de los desafíos más grandes y hermosos que pude afrontar. Recuerdo cuando fui a anotarme a la carrera, que entré de la mano de mi hijo menor que tenía cuatro años. Algo muy fuerte. Para mi no fue sólo estudiar para llegar a la meta de recibirme y ejercer como psicóloga, sino que también, cuando en algún momento pensé en claudicar, - porque hubo momentos difíciles, no voy a negarlo-, el hecho de demostrar a mis hijos que siempre vale la pena luchar por los sueños y que cuanto más cuesta, no sólo mayor es el desafío, sino también la gratificación de haber podido con eso, fue determinante para seguir adelante. En cuanto a los sacrificios, fueron un poco compartidos por toda la familia. No hubiera sido posible si al lado mío no hubiera estado mi pareja, papá de mis hijos, para hacer algún plan cuando yo estaba preparando exámenes, por ejemplo, e incluso para alentarme cuando creí que no podía con todo. Cuando estás en una carrera de grado, no hay fines de semana ni feriados sin nada para hacer. Hay que organizarse muy bien para poder encontrar espacios de ocio, y claro que son muchos menos que cuando no estás estudiando. Hay salidas que se deben posponer. Hay vacaciones de invierno que compartí con mi familia y con los libros, tratando de encontrar algo parecido al equilibrio. Se requiere de convicción acerca de la meta y de disciplina. Pero el sostén de quienes te acompañan es un factor realmente importante.

¿Por qué las personas se comportan tan diferentes en situaciones similares?

Bueno, considero, a partir de lo aprendido por quienes sabían mucho de esto, en particular las series complementarias de Freud, que el comportamiento de una persona está determinado por varios elementos. En primer lugar, lo genético, lo heredado de nuestros padres, por supuesto, pero no es lo único. Las primeras experiencias de la infancia-lo fundante de esos primeros años de vida-, resulta igual de importante, así como los factores desencadenantes, es decir, aquellas experiencias que el sujeto afronte luego de esos primeros años de vida

¿Qué es lo que más te gustó de la UAI y qué es lo que te llevas más allá de lo aprendido?

Lo que más me gustó es la valoración que se da a la opinión del alumno, la constante interacción entre los estudiantes mediante distintas actividades y la posibilidad de conocer los distintos enfoques que determinan tanto la teoría como la práctica de esta disciplina. Y lo más importante, me llevé un grupo hermoso de colegas, con los que seguimos transitando ahora el ejercicio de la profesión.

¿Qué es ser una licenciada en psicología?

Ser una licenciada en Psicología es saber que cada día tengo el privilegio de poder acompañar a un paciente en el proceso de autoconocimiento y de mejora de su calidad de vida. Es escuchar al paciente decir que el consultorio es su lugar seguro y en muchos casos es poder alojar a alguien que no tuvo la posibilidad de ocupar ese lugar en otro momento de su vida.

¿Qué tres rasgos debe tener, si o si, un psicólogo?

Creo que los rasgos esenciales son la empatía, poder ponerse en el lugar del paciente, aceptarlo y escucharlo sin juzgar y entender que el saber está del lado de paciente y que nosotros solo somos facilitadores del proceso de cambio, mediante el trabajo en alianza con el paciente.

¿En qué rama de la psicología te dedicas? ¿Qué podés decirnos sobre eso?

Me dedico a la Clínica de adultos y adolescentes. En mi opinión es una rama hermosa en su ejercicio por el vinculo que se establece con el paciente, pero también es un ejercicio algo solitario, por lo que es importante tener con quienes supervisar los casos. También en este aspecto la UAI me permitió generar una relación, hoy de amistad con algunas colegas, con las cuáles nos reunimos para conversar y debatir sobre nuestros pacientes, además de pasarla bien.

¿Cuánta diferencia hay entre un paciente adolescente y uno adulto?

La diferencia primordial es que el paciente adolescente aún está definiendo su identidad, decidiendo que de aquello que le fue dado por esa familia en la cuál creció, elige para seguir sosteniendo en su vida adulta y que no. Es el momento de despegarse del mandato para dar forma a su subjetividad. Es un momento privilegiado para trabajar desde la psicoterapia, ya que el paciente en general está muy permeable al trabajo terapéutico y a su vez, es un momento de gran vulnerabilidad, donde muchos adolescentes sufren una baja autoestima e inseguridades de todo tipo. Por lo que el ser sostén en esa etapa vital es sumamente importante. Pero más allá de eso, se ve en la clínica mucho adolescente que no encuentra el espacio de escucha dentro de su familia, o que su opinión es desacreditada por el sólo hecho de ser adolescente. Acá, aún sin que quizás aparezca alguna patología en particular, nuestro lugar como terapeutas es determinante del posicionamiento de estos chicos en su vida adulta. En un paciente adulto, en términos generales, la diferencia es que trabajamos con una personalidad ya constituida, por lo que la reestructuración suele ser más intrincada y muchas veces, si bien el paciente manifiesta la intención de cambiar algún aspecto de su vida, el temor a lo desconocido, a la pérdida de la identidad o cuestiones más complejas que exceden esta entrevista, como las ganancias secundarias, por nombrar algunos ejemplos, hacen que el trabajo terapéutico sea más complejo.

¿Qué es lo que más te gusta de ser psicóloga?

Lo que más me gusta es el poder acompañar a las personas a mejorar sus vidas. La satisfacción que se siente ante cada logro del paciente es altamente gratificante.

¿Podrías nombrar tres aspectos que la pandemia trajo y que hoy se mantienen en la psicología?

Creo que la pandemia nos dejó el aprendizaje de que el ejercicio puede hacerse desde la virtualidad. También y en relación con esto, que la cercanía con un paciente no debe ser necesariamente física, sino que tiene que ver con la alianza que se establezca con él, sin importar las distancias. Por último, logró acercarnos con muchos argentinos que habiendo dejado el país por diversas razones, preferían realizar su psicoterapia con terapeutas de su país de origen y que hasta entonces era impensado en la mayor parte de los casos.

¿Cómo ves la evolución de la psicología en Argentina? ¿Cómo la ves dentro de 5 años?

La Psicología está incurriendo cada vez en más campos, como el laboral, por ejemplo, dónde recién es incipiente. Considerando que esta disciplina busca entender el comportamiento de las personas y a partir de allí ayudarlas en el proceso de mejorar su calidad de vida, de volverlas más funcionales en consonancia con sus objetivos, creo que la incursión de la disciplina será cada vez mayor, ya que dónde hay una persona, hay una posibilidad de trabajo con ella.

¿Dónde te ves vos dentro de 5 años?

Sinceramente estoy muy satisfecha con mi trabajo actual desde la Clínica. Si puedo señalar algo, es que me sigo especializando en diferentes técnicas y modelos como recientemente en EMDR, por lo que probablemente sea seguir formándome cada vez más en todo aquello que pueda ayudar a un paciente, entendiendo que cada uno de ellos es una subjetividad y atento a esto, cada uno puede necesitar ser abordado desde un lugar particular, o bien desde la conjugación de varios de ellos,